paisajes comestibles
Paisajes de Ibiza
Una isla para comérsela
De la huerta
Si bien el clima de las Pitiusas es el más seco y cálido de las Islas Baleares, en Ibiza existían numerosos acuíferos superficiales que nutrían el río de Santa Eulalia y otros torrentes y fuentes. Los planes de Vila, Sant Josep y Sant Antoni tenían el nivel freático a pocos metros y mediante norias primero, o molinos de viento y motores después, permitían regar las zonas más fértiles de la isla. La horticultura era especialmente intensa a orillas del Río de Santa Eulàlia y al plan de Vila, donde los agricultores de la Parroquia de Jesús, se llamaban Hortelanos. La tierra no descansaba prácticamente, y durante todo el año se sucedían cultivos y cosechas. Click AQUÍ para saber más sobre la huerta de Ibiza
El secano
El secano es el paisaje agrario más extendido en la isla de Ibiza. Consiste en un policultivo de cereales, TRIGO XEIXA y cebada junto con frutales, FRUTOS SECOS como algarrobas y almendras, OLIVOS y VIÑEDOS bordeando los bancales. Entre los árboles se sembraban cereales y forraje. El plan de Corona constituye un entorno donde el almendro es el protagonista, aunque antes la higuera, de vida más corta, la acompañaba
El bosque y la garriga
Ibiza, la isla de pinos. El pino carrasco, Pinus halepensis, es el árbol dominante naturalmente en Ibiza y adaptado a su clima seco y cálido. Fuente de energía y productos forestales como la reina o la carraca de pino, es el hábitat donde se encuentran los pebrassos, la seta más preciada en Ibiza. Además bien en los márgenes del bosque o en el interior, estaban situadas las colmenas antiguas tradicionales de ABEJAS ya que eran donde tenían protección y una fuente de alimentación. Los matorrales, allí donde el bosque es menos espeso, es donde encontraremos las PLANTAS AROMÁTICAS y medicinales más importantes para los ibicencos: el tomillo de San Juan, el romero, el cantueso o el enebro
Del mar
En una pequeña isla como Ibiza, el mar Mediterráneo es omnipresente. Ibiza se encuentra en una confluencia de corrientes que ha sido el lugar de paso de las migraciones de grandes peces como los atunes. La riqueza de sus fondos ya fue aprovechada a gran escala por fenicios y romanos para exportar salazones u obtener tintes de púrpura a partir de los cornetes (Murex). EL MAR, desde el humilde caramel, hasta la delicada langosta, es una fuente de ingredientes básicos para la cocina ibicenca.